lunes, 24 de febrero de 2014

PIEL GRASA


La piel grasa es aquella que tiene una secreción sebácea demasiado abundante. La actividad de la producción sebácea se ve aumentada (puede coincidir con factores hormonales por ejemplo) y en la mayoría de ellas también presenta un exceso de secreción sudoral.
Es muy frecuente en hombres y mujeres entre 15 y 20 años y las zonas donde se identifica más claramente este tipo de piel suele ser la zona T, región mediofacial, espalda y zona pre-esternal).
El poro es abierto y muy perceptible, al tacto resulta untuosa y gruesa. La piel suele estar brillante y puede presentar bastantes puntos negros y comedones. Resiste muy bien el envejecimiento, pigmenta bien (aunque pueden aparecer manchas postinflamatorias si los comedones son mal manipulados) y, salvo en ambientes extremos, no le afectan demasiado los cambios bruscos de temperatura. Hay que tener cuidado con este tipo de piel pues si no se trata de la manera adecuada, pese a ser una piel resistente, puede convertirse en sensible con el tiempo.

Hay que evitar usar productos excesivamente detergentes y desengrantes ya que puede aparecer efecto rebote. En este tipo de piel están aconsejados los peelings físicos, las mascarillas de arcilla y las cremas bajas en grasa. Tolera bien el vapor de ozono y es recomendable aplicar alta frecuencia después de la extracción (por su poder bactericida).

En el caso de las pieles grasas deshidratadas el problema reside en que además de presentar un exceso de grasa (imaginemos una persona adolescente) se añade la insuficiente aportación de agua por lo cual tendremos una piel con la emulsión epicutánea muy alterada, muy sensible e irritable, con comedones en las zona de mayor actividad sebácea pero algunas descamaciones en zonas más reactivas como las aletas de la nariz. Se deben evitar también productos detergentes, las mascarillas y cremas deben ser hidratantes pero no grasas (a este tipo de piel le viene estupendamente el azuleno y la caléndula). Son muy recomendables las pulverizaciones tibias, el agua termal y las infusiones de azuleno, manzanilla, tilo y malva.